sábado, 29 de enero de 2011

El hombre superior

Los antiguos sabios chinos decían que solo en el ambiente más complicado pueden surgir personas con gran virtud. En la lógica de las profecías, aquellos que pueden mantener un comportamiento recto en este periodo son superiores, son quienes entrarán en el nuevo mundo.
Lao Tse habló del hombre superior, mediocre e inferior. El hombre mediocre hace lo que hacen otros y deja de hacerlo cuando otros dejan, porque su voluntad individual es débil; el hombre inferior se ríe sobre acontecimientos sobrenaturales, y de ese modo no puede asimilarse al universo, no entiende que la vida terrestre es solo un paso en la vida infinita de uno; tampoco puede ver claramente qué cosa es la que está haciendo mal, para cambiar su actitud y sus acciones.
En cambio, el hombre superior se comporta rectamente, rechaza la maldad, lidia con sus miedos y angustias, posee un corazón abierto a conocimientos nuevos, busca activamente las repuestas sobre la vida y el cosmos, y reconoce los cambios celestiales. En la lógica de las profecías, un hombre superior puede darse cuenta de que estos veinte años son un regalo del Cielo, una última oportunidad, única, ofrendada al hombre.
Al final del ciclo, cada hombre será quizás su propio juez en el salón de los espejos. La Biblia habla del Juicio final. La cultura china dice que el Cielo tiene ojos y que todas nuestras acciones quedan registradas. De alguna manera, según las más diversas profecías, todo lo hecho en la vida –y en especial, de acuerdo con los mayas, durante el “Tiempo del no tiempo”– será examinado, y habrá que saldar la cuenta.
No importara si fue por ambición, miedo, frustración o hasta amor, que uno se haya desviado de la moral, la ética y la rectitud. Tampoco habrá justificaciones por acciones moralmente desviadas echando la culpa a los valores morales laxos de la sociedad, los cuales justamente fueron las trampas puestas por la maldad para que la humanidad no pasara las pruebas. Será demasiado tarde para culpar a los demás o a Dios por lo que sucederá. Distinto será para aquellos que, como dijo el profeta chino Liu Bowen, pudieron, en este último periodo, “dar un giro en su corazón”.

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